Las Increíbles Aventuras del Comando IC (2ª Parte)
Mi nombre es Mavros, Mavros Lescrivelle, tengo veinticinco años y tiempo atrás fui uno de los agentes más importantes del C.N.I., el servicio secreto español, mis compañeros Breico y la temible criatura Mo, formábamos el comando I.C. una de las fuerzas mejor preparadas del mundo en materia antiterrorista y espionaje. Estuvimos destinados en todos los escenarios de guerra de la década de los noventa y principios del siglo XXI, Irak, Bosnia, Afganistán, Chechenia, Congo, Líbano, Perejil y Campurria. Hace varios años y por motivos desconocidos nuestra unidad fue disuelta y nosotros licenciados. Ahora, una sombra se cierne sobre nosotros y aunque ignoramos a quién pertenece, no tardaremos en averiguarlo.
Es cuatro de enero del 2.007 y Corsario navega por las autopistas del norte de España rumbo a Barcelona, último destino conocido de la temible criatura Mo.
-Tenemos que parar en Logroño-le digo a Breico.
-¿Y eso?-al hablar le sale vaho por la boca, hace un frío atroz.
-Necesitamos armas, conozco a un viejo amigo.
-Claro.
Nos internamos en la capital riojana, nos perdemos: hace mucho que no la transito, pero al final encontramos el oscuro callejón (se nos ha hecho de noche) donde descansa clandestino el almacén de armas de mi viejo camarada Alimoche.
-Está cerrado-gruñe Breico.
-Mierda, se nos ha hecho tarde, dormiremos en el coche.
-Está bien.
Unos golpes en el cristal despiertan a Breico cuyo aullido me despierta a mí, trato de amonestar su berrido de nenaza cuando yo mismo me sobresalto al ver el cañón de una escopeta del 12 directamente apuntando hacia nuestras cabezas.
-Viejo cabrón y desconfiado, ¿es que ya no conoces a los amigos maldita sea?-le espeto al escopetero, al instante baja el arma.
-Por todos los diablos, que me saquen el ojo bueno si no es la mismísima Nécora Impaciente (mi nombre de guerra) la que tengo delante de mis narices.- Alimoche es un viejo cojo, tuerto y algo sordo, antiguo legionario y personaje de cuidado. Dicen las malas lenguas que cuando lo de la marcha verde, allá por el año 75, se encaramó a un carro de combate y se lió a cañonazos con el puesto fronterizo marroquí ante la mirada impotente de los guardias civiles de la aduana; para internarse después siete kilómetros en territorio de Hassan II, la suerte hizo que un grupo de rescate llegara hasta el antes que el ejército marroquí, después un poco de pasta y el revuelo de la época pudieron tapar el escándalo. Por no fusilarlo, el General Salazar se vio obligado a condecorarlo, pero bueno, aquello eran otros tiempos y ahora estamos en el Logroño del siglo XXI con un Alimoche viejo y mutilado echándome su apestoso aliento a la cara.
-Necesito un cable Alimoche y no te puedo pagar, de momento.
-Púdrete en el infierno Nécora, para que diantres están los amigos.
-Necesitamos artillería pesada viejo.
-Has venido al sitio indicado- me dice riéndose.
El local aparentemente es un taller de chapa y pintura, pero pronto descubrimos lo que esconde realmente, nos quedamos asombrados.
-Todo tuyo Nécora, elige lo que más te guste.
Fusiles de asalto, carabinas, sub-fusiles, rifles de precisión, escopetas, pistolas, revólveres, lanza-granadas, anti-carros, anti-aéreros, ametralladoras de todos los calibres, morteros y un sin fin de armamento ligero.
-Bien, me voy a llevar esta pistola Glock 17, este revólver Colt 357 magnum de 2 pulgadas, el fusil de asalto H&K G36 de 5,56 mm también, es el reglamentario en el ejército español Breico ¿lo sabes, no?, el lanza granadas Santa Bárbara…-me quedo pensativo-, esta escopeta pajillera… también. No nos venía mal una del 12,7 (Un calibre muy, muy grueso, un armatoste de cuidado), vale, también quiero el subfusil Mp-5 y munición para una boda.
-Parece que tenéis una buena fiesta preparada camarada-Alimoche está jubiloso.
-No lo sabes bien
-Ah, la juventud, que envidia me dais… Si yo tuviera veinte años menos.
-Sírvete Breico.
-Para empezar la caja de herramientas nos va a venir muy bien, necesitamos la radio y unos talkies- Breico se queda pensativo- prismáticos, visores nocturnos, bengalas, esa caja de granadas expal m5… De armas me quedo con el kalashnikov Ak-47 y de pistola la sig sauer, de acuerdo, todo en orden. Un segundo, olvidaba la Z-70, ahora si.
-Bueno, a ver como metemos esto en Corsario.
-Va a ser un problema-Breico arruga el ceño-si metemos todo esto en el coche no arranca seguro.
-Que si hombre que si, ya verás, si hace falta vamos en primera todo el camino.
-¡Se quema Breico, se quema!
-Que no hombre, que no, que los corsas han salido duros-le guiño el ojo a Alimoche mientras empezamos a cargar.
Al poco concluimos, la verdad es que temo por la amortiguación del coche, ha descendido varios centímetros y el cañón de la 12,7 asoma por una ventanilla pero parece que arrancará.
-A ver donde metemos a Mo cuando lo encontremos-gruñe Breico.
-Le hacemos un hueco hombre no te preocupes.
Corsario hace de tripas corazón y después de dos intentos arranca orgulloso y altivo aunque es difícil hacerlo pasar de tercera con tanta carga.
-Mavros, lo vamos a reventar, no salimos ni de Logroño ya verás, como pillemos una cuesta se nos muere, se nos muere.
-Deja de llorar y dile adiós a Alimoche que mira como nos saluda. ¡Adios viejo, te debo una!
(Continuará)
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