martes, 6 de marzo de 2007

Las Increíbles Aventuras del Comando IC (1ª parte)

Es una tarde como otra cualquiera, afuera hace un frío de cojones y ya es de noche; “maldito invierno”, me digo, “que se marche hacia el hemisferio sur y que deje paso a la primavera de una puñetera vez”.

Renegando como estoy de la estación, puedo escuchar como llaman a mi puerta. Me dirijo hasta ella y abro. Tengo que reprimir un escalofrío cuando veo al policía vestido de camisa blanca y pantalón azul marino con un sobre en la mano.
-Hace mucho tiempo que acabé con esto, me parece que quedó claro-increpo con voz grave y mirada severa al policía.
-Yo soy un mandado- me dice.
Renegando para mis adentros cojo el sobre y lo prendo fuego con un encendedor de gasolina.
-Informe a sus superiores de mi reacción agente- sin esperar contestación le cierro la puerta en las narices. “maldita sea” mascullo indignado.

A los pocos minutos llaman al teléfono. Tardo en contestar debido a que estoy limpiando mis dientes con un palillo de madera.
-Dígame- Pero no hay contestación.
Cuelgo, corro hasta mi almohada y sacando mi pistola semi-autiomática Star Bm de 9 mm, me parapeto tras el colchón. Así estoy nueve horas. Al fin me confío y salgo de mi escondite, la explosión de un poderoso artefacto me catapulta por la ventana del noveno piso en el que vivo para estrellarme contra el balcón del edificio anexo. Salvo la vida de milagro.

Los García me saludan distraídos desde el sofá de su casa cuando entro por el balcón, procuro no molestarlos pues la televisión ofrece un interesante e intenso programa.
Cubierto de hollín bajo a la calle, llego hasta la pista de futbito donde una sospechosa caravana con antenas parabólicas y de radio está estacionada, la rodeo sigiloso y doy un volatín. Patada a la puerta que se abre y entro con mi grito de guerra coreano ¡Tahóoo! Lo que parece un informático se sobresalta y levanta los brazos con cara de susto, ta-ta, dos tiros y seco en el sitio. Me vuelvo rodando sobre mi mismo y con la pierna derecha hago un barrido a un segundo sujeto con la mala suerte que se me queda trabada en la pata de una mesa. El desgraciado trata de golpearme con un objeto no identificado pero presto como el viento le encañono y ta-ta-ta-ta, cuatro tiros a bocajarro.

Con experiencia profesional recojo un portátil y un móvil. Aprieto rellamada, al cuarto tono me cogen el teléfono, la voz es grave y de un extraño acento que no logro diferenciar:
-Scoti jordi- me dice.
-Sigo vivo hijo de puta- le digo y cuelgo.

Echo a correr hasta mi garaje para comprobar sin sorpresa que sale humo “me han inutilizado el coche”. Necesito ayuda. Marco un número de teléfono:
-¿Diga?
-Breico, soy yo.- silencio.
-¿Qué pasa?-es seco, tajante.
-Es muy largo de contar pero estoy en peligro, necesito tu ayuda. ¿Aún conservas a Corsario?
-Buf, no se si llegará hasta tu casa.
-Llegará Breico no te preocupes, pásame a buscar, tardas.
-Ahora voy.

Corro hasta los contenedores de basura y me escondo en ellos, estoy en peligro mortal y lo se, alguien desde mi antiguo trabajo me ha tratado de alertar pero mi orgullo me ha impedido ver más allá. Solo tengo una alternativa, reclutar a mi antiguo equipo, y ya he comenzado.

Cortando el viento llega Corsario tripulado por Breico, un Opel Corsa gris diesel del año 97, voy hasta él corriendo monto de copiloto y salimos dejando rueda. Nos cruzamos con coches de policía y bomberos.

-¿Qué ha pasado tío?, ¡menuda pinta tienes!
-En lugar seguro te informo Breico no te preocupes, tenemos que localizar a la temible criatura Mo.- nervioso miraba hacia atrás temiendo una persecución
-Mavros, te equivocas, dejamos esto hace mucho tiempo.-Breico conduce veloz, a más de 50 km/h.
-Lo sé, pero algo ha salido mal y ahora quieren vernos muertos. Yo no me equivoco, alguien se equivoca.

Perdidos en el laberinto de carreteras del extrarradio de Santander llegamos hasta la residencia de Breico donde le explico paso a paso todo lo ocurrido.

-Osea, que no tienes ni puta idea de lo que ha pasado.-concluye el.
-Más o menos.-confirmo.
-Habrá que llamar a la temible criatura Mo por tanto.
-Cuanto antes, sin duda.

1 comentario:

dijo...

Shhh, hereje, has escrito Mö sin "¨"!!